lunes, 20 de diciembre de 2010

¡Qué extraño sentirse tan bien!

Porque cosas que te han llegado a importar de veras, pueden desaparecer sin que te des cuenta, pudiendo llegar a ser hasta buenas, sin ningún sentido lógico ni emocional, pero son capaces de provocar el sentimiento opuesto, sin saber muy bien ese por qué. Y te puedes llegar a decir a tí mismo: ¡Qué extraño sentirse tan bien!

Una sensación de creer que tienes que encontrar la felicidad en otra parte y no en la que pensabas que estabas encontrando. La vida da demasiadas vueltas, y siempre encontrarás la mejor o la peor, pero las irás encontrando y dándote cuenta de cuáles te pueden servir o cuales debes desperdiciar, o mas bien, abandonar con el tiempo. Te darás cuenta, en el acto o en cualquier extraño momento que se produzca en tu vida, de cómo tenían que ser las cosas verdaderamente y no como tus sentimientos o tu cabeza te hacía verlas. Y todo culmina siempre en tu destino, algo que puedes controlarlo, pero que no sabes cuál te va a deparar a tí.

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