domingo, 28 de noviembre de 2010

¿Sin los sueños el mundo qué sería?

Soñar: discurrir fantásticamente y dar por cierto y seguro lo que no lo es. Si nos ponemos a pensar, esto se puede conseguir de dos maneras, o durmiendo, o fantaseando despierto. ¿Por cual os decantaríais? Yo lo tengo claro, por la dos. Entre que soy fan de dormir, y que me encanta imaginarme y organizar cosas que puedan pasar en un futuro, podría decir que soy un soñador compulsivo. Y me pregunto: ¿tanto me gusta? No creo que haya, ni que sea el único. Sino pensemos en los grandes de la historia, como soñaba Napoleón con sus imperios, como soñaba Martin Luther King con la libertad del pueblo negro... ¡Hasta yo sueño con algo histórico: que gane mi Atleti la Champions! Pero eso es otra cuestión que hablaré en otro momento. Centrémonos en el verdadero sentido de soñar. ¿Qué se puede soñar? Pregunta tonta. Todo se puede soñar, ¡hasta que yo tenga novia! Lo que con la definición me viene de perlas: discurrir fantásticamente y dar por cierto y seguro lo que no lo es.

Lo que sí es verdad, es que si quieres que tus sueños se hagan realidad, ¡despierta! Porque en cuanto antes puedas realizar un sueño, antes podrás disfrutarlo, antes estarás agusto contigo mismo, antes verás el mundo de otra manera, porque... ¿Sin los sueños el mundo qué sería?

1 comentario: